sábado, 11 de diciembre de 2010

Dos espadas

Horas de tinieblas

En medio del dolor

La copa de la Ira

En aquella cruz bebió.


El maligno sostenía

En sus manos malvadas

Copa sedante

Y destructora espada.


Pero el Padre eterno

En Sus manos sostenía

Dos pesadas espadas

En Su lejanía.


Allí fue consumado

El sacrificio final

Sustituto perfecto

Por la humanidad.

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